Antes de que salgas corriendo a una velocidad de 3 Mbps tras leer la primera palabra del título, me gustaría contarte algo de ti que seguramente desconoces. Tú eres una persona experta en metafísica. (Silencio). Sí, lo eres, aunque muy probablemente no lo sepas y especules sin fundamento alguno conque mi afirmación pueda ser fruto de los opiáceos. La metafísica es una rama del saber que va más allá de la física, y pretende explicar la relación que tú mantienes con el universo en general. Pero también te habla de tu interacción constante pero inconsciente con tu suegra y hasta con el repulsivo hidrófobo que sufres diariamente en el autobús.
Tu problema, el mío, y el de la inmensa mayoría, consiste en que nos han hecho creer, interesada y falsamente, que la metafísica es sólo para gafotas enciclopédicos. Por eso ahora mismo no importa que no entiendas totalmente este artículo, aunque también esté escrito en español, ni que lo creas o no. Sólo quiero que te hagas el favor de dedicar algunos minutos diariamente a descubrir por ti mismo si lo que te digo en él es cierto o tengo futuro en la política. Lo primero que tienes que saber es que tú estás interconectado con todo lo que te rodea. Y da igual que esté a cinco centímetros o a cinco mil kilómetros. Tu mente es la gran protagonista, la que determina el grado y la calidad de esa interconexión con tu entorno.
Debajo de esa envidiable mata de pelo, qué envidia, o bajo esa espléndida calva que tan bien reluce, y a mucha honra, posees una herramienta extraordinariamente poderosa que, por decirlo vulgarmente pues para eso somos principiantes, funciona como un imán. Tampoco tienes por qué tomarte esta frase al pie de la letra, pues la mayoría de la gente no lleva serrín pegado a su cuerpo, aunque muchas de las personas que has conocido a lo largo de tu vida parezca tenerlo como principal componente cerebral. Basta por ahora con revelarte que tus creencias atraen tus experiencias. Las creencias que tienes más arraigadas en tu mente influyen decisivamente en tu experiencia diaria. Esto es así, aunque puedas estar pensando que alguien debería de ir llamando al 112.
¿Es que acaso no te has percatado de que a los optimistas siempre les va mejor la vida? Podrías hacer ahora mismo una lista formada por tus amigos, compañeros, familiares y seres queridos. ¿Acaso no ves mucho más felices y realizados a aquéllos que tienen un carácter positivo y amable? (No me respondas que será porque follan mucho, aunque también influya). Haz la prueba, por favor, pues con esa lista podrás comprobar que lo que te dice este desconocido que escribe cosas tan raras en tu pantalla sin ser un virus, se corresponde fielmente con la realidad. No pienses que es fruto de la casualidad o de la suerte que yo haya acertado, sino de una ley universal muy anterior a que tu tatarabuelo, q.e.p.d., fuese un proyecto.
Prueba a pensar positivamente, a ser más optimista, a creer más en ti y a perdonar, aunque al principio te cueste muchísimo hacerlo. No te preocupes, porque eso nos pasa a todos. Al principio pensarás que estarías mejor haciendo sudokus, pero si perseveras comprobarás con asombro que la vida poco a poco comenzará a aliarse contigo. Muchos ignorantes a este saber le llaman suerte. Espero que tú no quieras seguir siendo como ellos. Si realmente quieres dejar de quejarte y deseas cambiar tu vida ahora, pon en práctica las sugerencias de este artículo, siempre que todavía no me hayas abandonado por otra página sin duda menos interesante.Articulo escrito por Fernando Solera.
http://vbyb.blogspot.com/2007/03/metafsica-para-principiantes.html
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